sábado, 9 de junio de 2012

DMPDV - Primera clase de magia de Babú y Vi

-¡TODOS A LEVANTARSE, VENGA! -resonó la voz de mamá por toda la casa.
Me di la vuelta irritado. ¿Por qué no podía dormir más?
-¡SI NO OS LEVANTÁIS, NO PODRÉIS COMER BUÑUELOS DE CHOCOLATE! -volvió a gritar.
En menos de un segundo ya estaba en pie. Los buñuelos de chocolate son mi postre favorito... no me podía resistir.
Busqué en el armario algo que ponerme, pero al abrirlo observé el horario de clases de magia con tío Duff y me di cuenta de que ese día tocaba clase. Resignado, cogí la enorme túnica de mago. Había sido de tío Duff, y me arrastraba más de dos palmos por el suelo. Tenía que mantener alzada la parte de abajo para no tropezar con ella.
Además, tenía que ponerme los calcetines tejidos con hierba del jardín y el gorro de mago... ¡me daba vergüenza salir a la calle! Por suerte, ese día solo tendría que ir a la Habitación de los Hechizos y luego salir al jardín, porque Vi y Babú tendrían su primera clase de magia y les tocaba botánica.
Me miré en el espejo, dándome cuenta del aspecto cómico que tenía. Justo cuando venía Vi tenía que verme así...
Bajé las escaleras a toda prisa, esperando que mamá aún me dejara comerme un buñuelo de chocolate.
Papá estaba sentado a la mesa, y mamá estaba removiendo una masa de rosquillas. Tío Duff aún seguía durmiendo.
-Buenos días -saludé, sentándome a la mesa.
-Parece que lleves una carpa de circo encima, hijo -comentó mi padre, tratando de ocultar la sonrisa con la taza de café.
Ignoré su comentario y cogí uno de los buñuelos que había en un bol. Lo engullí en poco tiempo, y me comí dos más entre sorbo y sorbo de leche.
-Voy a despertar a tío Duff para la clase -dije antes de levantarme y subir las escaleras.
La habitación de tío Duff estaba un piso por encima de la mía. Por la ventana de mi habitación, al pasar por el pasillo junto a ella, vi el sol en lo alto del cielo. Era un día muy soleado.
Al llegar junto a la habitación de tío Duff, me asomé a la puerta. Abrí mucho los ojos, sorprendido, al ver la cama vacía y la ventana ya abierta.
"Debe de estar en la Habitación de los Hechizos", dije antes de correr escaleras abajo.
Llegué hasta el pasillo oscuro, y al dar el vigésimo paso unas antorchas se empezaron a encender, iluminando el camino. Cuando llegué hasta la puerta y la abrí, me encontré con la atmósfera de siempre: la enorme habitación, oscura e imponente, se alzaba ante mí. Había muchos libros sobre cosas siniestras que a mí me gustaban bastante. Sin embargo, cada vez que Lala Tomelilla visitaba nuestra Habitación de los Hechizos no parecía agradarle mucho... en fin, es una Bruja de la Luz.
Tío Duff estaba sentado ante la enorme mesa que presidía al resto. En realidad sólo estaba yo en la clase, pero por si había alguna ocasión especial había más. Aunque. ahora que se sabía que Vi y Babú son brujas, iría más a la Habitación de los Hechizos de los Periwinkle.
-Llegas algo tarde -gruñó tío Duff, echando un vistazo crítico a mi aspecto-. Te estás pisando la túnica -comentó al cabo de un rato, sonriendo maliciosamente.
-Eso es porque tú ya estabas así de gordinflón con mi edad -mascullé sentándome en mi pupitre.
Saqué el cuaderno de magia, una pluma de cuervo y el frasco de tinta.
-No, Grisam, guarda eso -me dijo tío Duff cuando veía lo que estaba haciendo-. Vamos a hablar de lo que haremos hoy.
Suspiré, volviendo a guardar las cosas. En esta lección aprendería sobre algunas enfermedades que se causaban con la magia, así que tenía bastante interés. Pero bueno, podía esperar a la lección.
-Pervinca, Vainilla, Flox, Shirley, Felí y Devién se presentarán en un rato para la lección de botánica. Así que más te vale portarte bien, mocoso, porque si me entero de que la lías te llevarás una buena tunda, ¿eh?
Le miré, desafiante.
-Eso si me coges antes -susurré para que él no pudiera oírme.
Luego estuvo citando algunas de las normas sobre lo que no debía hacer con las plantas, los animales, y blablabla.
Al cabo de un rato me dijo que ya podíamos salir, así que llegué hasta la puerta de la Tienda de las Exquisiteces y salí al jardín de los perfumes. Tío Duff me condujo hasta una valla, y ahí nos sentamos a esperar.
-Venid, Duff y Grisam ya están en el jardín -oí decir a mi madre.
Nos acercamos un poco, y pude ver a Flox susurrándole algo a Babú. Acto seguido, le dio un empujoncito... y Vainilla cayó a mis pies.
-¿Has perdido algo? -le pregunté con sorna. La muy torpe se habría tropezado con alguna piedra del jardín...
Esbozó una sonrisita y se levantó. Estaba cubierta de hierba, así que Flox se acercó pidiéndole disculpas y trató de quitarle la hierba de encima. Vainilla se apartó, irritada.
Me percaté de que me miraban todos conteniendo la risa. Sin duda, era por la túnica. Traté de subirla un poco y de justificarme:
-Era de tío Duff. Mi madre me ha dicho que subiendo un poco los bajos...
Soltaron risitas. Pervinca parecía divertirse bastante con mi aspecto... qué vergüenza.
En ese momento llegó mi madre con un par de botas. Mi salvación, por suerte.
-Es mejor que os tapéis las medias con ellas -les dijo a Babú, Vi, Shirley y Flox-. Las mariquitas de aquí son muy sensibles.
Eso era cierto. Al mirar hacia abajo, vi que muchos santamontes, mariposas y mariquitas saltaban a mi alrededor, enfadados. Llevaba las botas de hierba, sí, pero mi túnica las tapaba casi al completo.
Tío Duff nos pidió que nos pusiéramos los guantes de jardinería y repartió cestitas.
-Babú y Shirley buscarán manzanilla -dijo-. Tomad solamente las flores recién abiertas o incluso los capullos, sacudidlos para alejar a los insectos y juntadlos en ramilletes pequeños para que las hierbas puedan respirar.
Vainilla y Shirley asintieron, dando a entender que habían comprendido.
-Grisam -continuó tío Duff, mirándome-, tú ayudarás a Pervinca a cortar las hojas de consuelda y a buscar ramitas de abrótano. Recordad, las hojas tienen que ser frescas y estar intactas. Las encontraréis en aquel rincón.
El corazón me dio un brinco de alegría. ¡Vi y yo solos!
-¿Para qué sirven las ramitas de abrótano? -preguntó Pervinca con curiosidad.
-Mi madre las deja secar y luego las mete en los cajones, entre las sábanas -expliqué-. Dice que alejan a las polillas. Tío Duff, en cambio, las usa para guisar un mejunje asqueroso que bebe antes de transformarse en monstruos horribles.
-¿Lo has probado? -preguntó Vi, sorprendida.
-No puedo -respondí con pesar-. Está prohibido transformarse antes de los dieciocho años -pero entonces recordé la noche del Terrible 21-. A menos que... bueno, que se esté en peligro y no haya más remedio. Como te pasó a ti. ¿Tuviste miedo?
Vi negó casi imperceptiblemente con la cabeza.
-Sólo un poco... bueno, un poco bastante -respondió al fin, con una sonrisa.
Sonreí.
-Yo creo que fuiste muy valiente. Ven, te voy a enseñar dónde están nuestras hojas... -aproveché ese momento para tomarla de la mano.
Pasamos una tarde muy agradable. Competimos por ver quién se subía al árbol más alto y quién saltaba. Reímos y charlamos. Cada vez que recogíamos plantas, aprovechaba la ocasión de rozarle la mano, e incluso me atreví a pasarle un brazo por los hombros para dedicarle un cumplido por su excelente trabajo.
A las cinco, mamá trajo una bandeja llena de dulces y bebidas frescas. Dimos buena cuenta de ello, pero Vainilla parecía estar de mal humor. En esos momentos lamentaba haberme burlado de ella... Pero ya estaba hecho. Además, ella no podía pasar tanto tiempo enfurruñada por eso.
Pasada media hora, tuvieron que irse. Me despedí de Pervinca con pesar, pero sabía que algún otro día podríamos volver a vernos.

7 comentarios:

  1. q pasada!!! lo he comparado con el libro y no te falta nada!!!! Incluso me gusta más como lo has escrtito tú... vales como escritora!!!! ya me gustaría escribir tan bn como tú... no te esperes ni la mitad de mi entrada

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  2. ¡Gracias! :D
    Seguro que tú también lo haces genial ^^ Tienes la dulzura de Vainilla xD

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  3. Yo como no se nada de que hace Francis voy a tardar un rato xD

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  4. Tú tranquilo, rápidamente empezará a salir más en la historia por la Banda del Capitán y podrás escribir muchas cosas :)

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  5. madre mia!! he de reconocer qe no lo e leido pero es un tochaco!! copia y pega talvez??

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  6. No, no es copia y pega, es desde el punto de vista de Grisam (el mío :P).
    Si lo lees, lo verás xD

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  7. ¡Yo me he comprado el libro y también es perfecto! Me gusta mucho.

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